Antecedentes de la enseñanza de la danza en México
En México la enseñanza académica de la danza se ha visto vinculada a los procesos políticos del país. Justo Sierra ministro de educación durante la presidencia de Porfirio Díaz, manda a maestros de educación física a adquirir conocimientos acerca del canto, música y la danza, cuyos estudios, ayudarían a realizar los institucionalizados festivales del fin de curso que pretendían fomentar en los alumnos el trabajo en equipo y organización con la expresión artística como herramienta.
Desde esta época y con la institucionalización de estos festivales el concepto de cultura dio un giro en la sociedad, ya que se tenía establecido que lo artístico y cultura era solo para las personas con intelecto, bien educadas pertenecientes a la “clase alta”, y al aparecer estos festivales se trataba de enseñar las artes a la “clase popular”. (Dallal, Alberto. La danza en México en el siglo XX. En: espinoza morales, sonia.)
Con la enseñanza de las artes a una gran parte de la población, el interés por alumnos en esta materia dio pie a que surgieran investigaciones acerca de los bailes regionales de cada comunidad en México, que después se recrearían en teatros de la ciudad, (influencia española) como resultado de las investigaciones. Estas representaciones sirvieron para dar a conocer las expresiones culturales de los pueblos indígenas, “que a final de cuenta, son los que han forjado nuestra identidad a través del tiempo” (Espinoza Morales, Sonia. Tesis: Protagonistas de la danza regional folclórica sonorense: una visión testimonial)
En 1931 se empiezan a impartir clases de danza clásica en la Escuela de Plástica Dinámica que se incorpora a en 1932 a la Secretaría de Educación Pública, etapa en la que las clases de danza se convierten en proyectos educativos en instituciones oficiales de gobierno. Se crea la primera escuela de danza que depende del departamento de Bellas Artes, que es nombrada como Escuela Nacional de Danza.
Esta institución surge en la presidencia de Lázaro Cárdenas, etapa en la que se consideraba a la educación como beneficiaría para la integración nacional. La Escuela Nacional de Danza toma el compromiso de desarrollar, transmitir y preservar el arte surgida en México, así como de investigar y difundir la cultura nacional en la clase popular. Se ofrecían materias con las que se intentaba formar íntegramente al alumno en varias ramas de las artes.
La escuela nacional de danza bajo la supervisión de Carlos Mérida, (pintor, escultor y artista plástico de la época de Diego Rivera con quien trabajó en la Ciudad de México) tenía el objetivo de investigar y archivar todo lo relacionado a la preparación, montaje y presentación de bailes y danzas del país, proyecto educativo que se vio influenciado por las vivencias de Carlos Mérida en las misiones culturales cuyo objetivo era describir bailes y danzas hechas por misioneros llegados de la Nueva España en la época de la colonización.
En estas investigaciones participaban músicos, pintores, escritores, etnógrafos, cineastas, diseñadores de vestuario, quienes indagaban en estas manifestaciones para poder recrearlas lo mas real posible. “captaron excepcionalmente la parte física, pero no la esencia de las mismas, ya que estas se mantienen solo en su contexto y con gente que la trae dentro de sí como parte de su propia cultura y no como una adaptación” (Espinoza Morales, Sonia. Tesis: Protagonistas de la danza regional folclórica sonorense: una visión testimonial)
Nellie Campobello, bailarina y maestra originaria de Durango, directora de la Escuela Nacional de Danza, dedico gran parte de su vida a la investigación y enseñanza del baile autóctono mexicano, y pone en escenas danzas autóctonas y regionales que matiza y modifica escénicamente con rasgos del ballet importado por Europa, además preocupada por la preparación técnica de los artistas en la danza mexicana apoyo la idea de impartir la danza como asignatura obligatoria en todas las escuelas del país.
Como directora de la Escuela Nacional de Danza se creo una nueva especialidad, Profesor en Danza, de donde una generación que han sido parte fundamental de la enseñanza institucionalizada de la danza en México; ejemplo, Guillermina Bravo, que tiempo después seria directora de la Academia de la Danza Mexicana y Martha Bracho que vendría a ser pilar fundamental de la Academia de Danza de la Universidad de Sonora.
“La enseñanza de la danza empieza a tomarse en cuenta como creadora de profesionales serios comprometidos con el país, con el arte y con ellos mismos” (Espinoza Morales, Sonia. Tesis: Protagonistas de la danza regional folclórica sonorense: una visión testimonial). Tenían el compromiso moral y ético de difundir las expresiones dancísticas del país que eran enseñadas por miembros de las tribus indígenas de México, que tenían como objetivo enseñar y transmitir como ha evolucionado las formas de expresión a lo largo de la historia y el respeto por las mismas, las cuales expresaban los valores éticos, sociales, religiosos, políticos, familiares de cada una de las tribus.
En 1959 se da una seria de cambios en la estructura de la educación en México, donde la Academia Nacional de Danza sufre una modificación al no conseguir la validez oficial consiguiéndola hasta que se convierte en escuela secundaria.
En 1960 año en el que se dio el auge del estudio de las materias artísticas y de humanidades, la materia de Danza regional y folclor impartida en las escuelas secundarias, cambia su nombre a Danza folclórica mexicana cambiando los planes de estudio y los maestros empiezan asistir a curso de verano para actualizar el material educativo que fuera acorde a los nuevos planes de trabajo y a la sistematización de la nueva forma de enseñanza.
A partir de 1971 se pretende integrar al alumno física y espiritualmente para que este desarrolle su fase creativa, con los nuevos planes de estudios los alumnos aprenderán a valorar y conservar todas estas expresiones para que permanezcan y se transmitan de generación en generación.